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Que es la Glosofobia?

¿Cómo superar la glosofobia para disfrutar hablando en público?

glosofobia

Definamos lo que es la glosofobia, la definición práctica para esta palabra, no es otra que la de miedo escénico. Ese viejo saboteador al que le achacamos nuestra presencia o deficiencia de habilidades para hablar en público.

Este miedo, a su vez, tiene diversas escalas, que limitan, más o menos, el buen desempeño a la hora de hacer una presentación efectiva. Nos basamos en las categorías de Mira y López (1984), para que puedas identificar tu nivel de miedo escénico:

Categorías del miedo escénico:

Prudencia: aquí entra la clásica persona que pasa “bajo perfil”. Por lo general, no habla y proyecta una imagen de ser reflexiva. Sospecha que si menciona alguna palabra, entonces tendrá que exponerse públicamente.

Cautela: el estado de inseguridad se manifiesta con una aparente calma, pero a diferencia de la primera categoría, la persona se muestra espontánea, como si no le preocupara el hecho de hablar en público. Para ello utiliza comportamientos distractores como silbar, hacer comentarios “graciosos”, mostrar risas nerviosas, tocarse las manos o pies, etc.

Alarma: aquí la glosofobia se hace más evidente porque la persona pierde claridad de pensamiento y adopta actitudes vacilantes como torpeza en sus movimientos, dificultad al hablar y otros rasgos notorios.

Pánico y terror: aunque no son lo mismo, decidimos agruparlas ya que se parecen bastante. En ambos casos, puede haber respuestas agresivas y la aparición de la “fuga hacia adelante”. En el primero de los casos, la persona puede recordar con mucha dificultad lo sucedido y en el segundo, puede llegar al desmayo o a la amnesia específica del capítulo donde debía hablar en público.

 ¿Nacemos con miedo escénico o lo aprendemos?

Todos los mamíferos nacemos con una batería básica de emociones, entre ellas, el miedo. Piénsalo, hace 10 mil años un grupo de humanos estaba en la sabana terminando su comida y un león se acercaba a su campamento, ¿qué sería de ellos sin el miedo? Quedarían sus huesos, y poco más, para el recuerdo. El miedo nos sirve para defendernos o huir, para salvaguardar nuestra vida.

El miedo, aunque algunos digan lo contrario, es positivo si cumple con su rol. Ahora bien, ¿qué pasa si aparece o se desborda ante situaciones que no representan un peligro «real»?

A que nos referimos?

Nos referimos exactamente al hecho de hablar en público. ¿Cuántos leones hay sentados frente a un orador? Ninguno ¿Qué posibilidad hay de que seamos, literalmente, devorados? Ninguna.

Nacemos con miedo pero las fobias las aprendemos. Así que cuando sufrimos la glosofobia, estamos ante una respuesta aprendida. Si no, ¿cómo se explica que seamos lo suficientemente espontáneos cuando niños, como para cantar utilizando el peine de micrófono improvisado? ¿Cómo es que animamos las fiestas familiares con bailes de cualquier tipo y sin vergüenza alguna?

Dicho esto, podemos reducir la magnitud del miedo a un evento que puede ser beneficioso si, como dice la PNL, lo ponemos a nuestro favor. Así, pues, cabe la siguiente pregunta:

¿Para qué nos sirve eso que llamamos miedo escénico?

Un enfoque positivo, por ejemplo, sería ver al miedo como algo que nos permite respetar a nuestra audiencia. Nos preparamos de la mejor manera posible, documentándonos tan bien como podamos. Practicamos varias veces hasta que dominemos el tema. O hacemos un curso de hablar en público donde puedan ayudarnos con técnicas específicas para desenvolvernos con soltura en el escenario.

 ¿Cómo superar la glosofobia?

Hay un sinnúmero de consejos que puedes poner en práctica. Sin embargo, cualquier técnica pasa por una revisión previa de los juicios que tienes sobre el hecho de hablar en público.

Nuestros miedos referentes a este tema son diversos, miedo a equivocarnos, al fracaso, a que nos regañen, a las experiencias nuevas. ¿Qué pasa sin continuamos reencuadrando las interpretaciones acerca de la glosofobia?

Una de las presuposciones de la PNL es error vs retroalimentación. En vez de pensar en una presentación pública como algo donde vayamos a fracasar, podemos verlo como un aprendizaje, desde el planteamiento inicial hasta el desarrollo del proceso. Todo es una oportunidad para extraer conocimientos y lecciones valiosas.

¿Cuán importante es para mí lo que piensen los demás?

Solemos poner nuestra atención en lo que los demás piensan. Tenemos un marco referencial externo muy amplio donde damos cabida a las opiniones de otras personas y nos enfocamos poco en lo que pensamos acerca de nosotros mismos.

Es común que sobreestimemos los comentarios ajenos o que nos concentremos en aquellos que son ofensivos o negativos. En la medida en la que atendamos mejor a cómo nos sentimos frente a un público y filtremos lo que otros dicen acerca de nuestra labor, nos desempeñaremos de mejor forma. Al fin y al cabo

¿qué ha logrado en materia de hablar frente a un público esa persona que nos critica sin compasión?

Muchas veces, nada.

Si el miedo escénico raya en la fobia, entonces hay diversas técnicas que resultan efectivas en muy alto porcentaje. La psicología nos ofrece la posibilidad de realizar terapia de exposición, la cual puede hacerse de forma gradual para interactuar de forma controlada con la situación que desencadena el miedo. Digamos que es una forma de poner, poco a poco, el cuerpo bajo la ducha.

Desde la PNL, la técnica de “Cura de fobias” resulta efectiva y, sobre todo, rápida. Si la indagación sobre el miedo es la adecuada, una fobia puede curarse hasta en una sesión de 15 minutos.

En caso de que desees revisar qué es lo que piensas acerca del hecho de hablar en público y cuáles son esas limitaciones que te autoimpones, entonces, un coach ontológico puede ayudarte a descubrir cuáles son los juicios que te determinan como orador / expositor y acompañarte a que los fundamentes para que decidas si te son útiles o no.

Como estas, hay muchas otras posibilidades, que se potencian siempre que revises la imagen que tienes sobre ti. Muchas veces la glosofobia no es más que la muestra de una autoestima baja.

Me permito aprender a hablar en público

En la medida en la que te permitas avanzar con tus miedos de la mano y mejorar tus respuestas ante su aparición, podrás comenzar a disfrutar de hablar en un escenario, de exponer tus ideas en público, de presentar mejor tus informes orales y, ¿por qué no? de convertirte en una persona más espontánea y con mejor autoestima.

 
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